Vivir la fe
Por: Raúl Sánchez K.
“Al Señor tu Dios temerás, a Él le servirás, por su nombre jurarás” (Dt 6,13).
Juramento
El verbo jurar se define como prometer de un modo solemne poniendo por testigo o garantía de cumplimiento a Dios, a personas o elementos respetados o queridos por quien promete. También se dice en afirmar o negar algo.
El sustantivo juramento refiere a una manifestación, expresión, acto, testimonio o declaración en que una persona jura solemnemente, así mismo negar o confirmar algo, poniendo como testigo a Dios o los demás.
La verdad
El jurar dice relación con la verdad, es invocar el nombre de Dios en testimonio de la verdad. Hecho con las debidas condiciones es un acto bueno y honesto, propio de la virtud de la religión mediante la cual damos culto a Dios.
Por él se reconoce la infinita veracidad de Dios -que no puede engañarse ni engañarnos- y la propia debilidad humana, de suyo caduca y falible.
Promesas
Se distinguen varias clases de juramentos, entre ellas la de juramento promisorio, es decir si el jurar promete hacer u omitir tal cosa. También existen promesas simples, es decir no necesariamente mediante un juramento.
“Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la fidelidad, la veracidad y la autoridad divinos. Deben ser respetadas en justicia. Ser infiel a ellas es abusar del nombre de Dios y, en cierta manera, hacer de Dios un mentiroso (cf 1 Jn 1,10)” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2147).
Juramento en falso
El segundo mandamiento: No tomar el nombre de Dios en vano, “prohíbe el juramento en falso. Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía de la propia veracidad. El juramento compromete el nombre del Señor” (Ibíd., 2150).
Juramentos verdaderos y falsos
“La reprobación del juramento en falso es un deber para con Dios. Como Creador y Señor, Dios es la norma de toda verdad. La palabra humana está de acuerdo o en oposición con Dios que es la Verdad misma. El juramento, cuando es veraz y legítimo, pone de relieve la relación de la palabra humana con la verdad de Dios. El falso juramento invoca a Dios como testigo de una mentira” (Ibíd., 2151).
Perjurio
Se denomina perjurio a la acción de jurar en falso.
“Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención de cumplir, o que, después de haber prometido bajo juramento, no mantiene. El perjurio constituye una grave falta de respeto hacia el Señor que es dueño de toda palabra. Comprometerse mediante juramento a hacer una obra mala es contrario a la santidad del Nombre divino” (Ibíd., 2152).